COMPRA TU CAMISETA

28 de diciembre de 2014

Entre Hurdes y Batuecas

  
Unos minutos antes de las 9 de la mañana, puntual como un reloj, Rubén me recogía para dirigirnos a Riomalo de Abajo donde nos esperaban el resto de integrantes de la ruta del día y que habían hecho noche allí. 6 seríamos los ciclistas: Iván, Sandra, Rubén y el que escribe de los habituales, además de Iván Izquierdo que por un día cambiaba la bici de trial por la de enduro y demostraba ser todo un campeón sabiendo sufrir para terminar la ruta en una especialidad completamente diferente al deporte que practica; Ignacio se había venido de Madrid para acompañarnos, como en anteriores ocasiones. Y por último Leire, que cambiaba la bici por el coche y que nos daría la vida con un avituallamiento que no esperábamos cuando nos comenzaban a escasear las fuerzas y justo antes de comenzar un descenso que no imaginábamos que sería tan exigente.

Después de haber barajado diversas posibilidades para afrontar la primera parte de la ruta nos decidimos por un camino empedrado que a causa de una ligera llovizna, muy fina, unida al rocío de la mañana hacían peligroso el avance por la falta de agarre. Desde Rebollosa hasta Herguijuela por una senda paralela al arroyo Cabril difrutábamos unos paisajes nuevos para nosotros; la primera parte con más miedo que vergüenza, al menos en mi caso, por la humedad de las piedras, la estrechez del camino y el barranco al lado.

Desde Herguijuela unas primeras rampas muy duras nos llevaban a la pista que en constante ascenso nos conduciría al alto del Portillo, con frío y viento. Un poco antes de terminar este tramo nos encontramos con una montería que por suerte ya estaba terminando y fue poco el rato que tuvimos que esperar para poder seguir avanzando.

Iván Izquierdo antes de corona el alto del Portillo.
Al llegar al alto del Portillo Leire nos esperaba con un avituallamiento inesperado y que nos vino de perlas, y como no, sin perder la sonrisa que siempre la acompaña a pesar de la larga espera, del frío y del viento. Y tras unos minutos de relax emprendíamos el descenso hacia el monasterio de Las Batuecas por la cara sur de la sierra, ahora con mejor temperatura, sin viento y con algo de sol; un tramo largo y exigente, un descenso con el suelo sembrado de piedra suelta que nos exprimía un poco más las fuerzas.

Desde el monasterio el siguiente objetivo era el pueblo de Las Mestas, al que entramos por la senda de Alfonso XIII tras un tramo de pateo, un poco de descenso por cortafuegos y algo de campo a través. Aquí una visita a la tienda del Tío Picho para adquirir algunos de los productos que han hecho famoso al pueblo y una breve charla con los dependientes, aficionados al ciclismo y que reconocieron a alguno de los integrantes del grupo.

Ya quedaba muy poco, unos cuantos kilómetros por carretera para terminar una ruta dura que tardamos en completar casi 6 horas. La guinda la pusimos con la comida: hornazo, embutidos, queso, alguna carne, sidras asturianas y unos dulces.

Una jornada para repetir de la que se pueden ver algunas fotos pinchando AQUÍ o en el menú lateral.

MGJ.

No hay comentarios:

Publicar un comentario