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11 de marzo de 2013

¿Marcha de Sotoserrano - Caminomorisco?

Por la "Verea de los Pescadores".
ILUSIÓN.
No se me ocurre otra definición, y es la razón por la que ayer, al menos yo, he montado en bici. Después de una semana lluviosa como pocas y una tarde de sábado y madrugada de domingo con lluvias torrenciales nos encontramos en Riomalo de Abajo para hacer el recorrido corto de la Marcha MTB Sotoserrano - Caminomorisco.
La lluvia ya es muy débil, aunque hasta hace unos minutos caía con ganas, y la previsión es que siga cayendo a lo largo de la mañana de forma dispersa. Son "las chicas de oro" de la federación las que nos convencen para salir, con esa ilusión a la que me refería hace un momento; es su primera marcha cicloturista (no la de Mª Mar, pero sí de Isabel y Mª José) y no quieren que nada les impida completarla, aunque tengan que pasar toda la mañana bajo el agua. Comienzan a pedalear mientras nosotros terminamos de prepararnos con el objetivo de hacer una primera parada en el mirador del meandro que se ha convertido en santo y seña de esta marcha. Allí nos reunimos para disfrutar de las vistas con el agua y el verde como protagonistas mientras hacemos unas fotos. Pero algo ocurre, divisamos un sendero abajo, en la ladera, que lleva hasta el mismo río y ya comienzan a maquinar las mentes... donde se podrá coger...
Comenzamos a pedalear de nuevo pero buscando la forma de alcanzar el sendero, la "Verea de los Pescadores", como está indicada en las señales, hasta que llegamos a un cortafuegos que nos dirige hacia ella abandonando la pista de la marcha cicloturista. Y como la cabra tira al monte Outzone tira al cortafuegos, sin pensarlo dos veces, con piedra suelta y hasta enlazar con la senda en cuestión que nos va a bajar por una tramo estrecho de menos de 1 metro de ancho con la pared de la ladera de la montaña a nuestra izquierda y el barranco a nuestra derecha, firme de pizarra y con muchos saltos de agua que inundan el camino en algún tramo y dejan muy resbaladiza la piedra. Llegamos abajo y... nos ha gustado demasiado la bajada así que volvemos sobre nuestros pasos para descender de nuevo.
Toca subir, esta vez por pista empinada para volver a acceder al recorrido de la marcha, cruzamos el mismo y seguimos subiendo para bajar por otro cortafuegos; qué tendrán.
Volvemos al punto de partida, lavamos las bicis, nos aseamos, terminan de llegar las campeonas que han completado la marcha y nos vamos a comer a uno de los restaurantes de la alquería, donde tenemos reserva hecha. Menú jurdano, con primeros contundentes, carnes a la brasa y postres caseros.
Después de la comida nos despedimos, cada mochuelo a su olivo, pero antes una parte de la expedición nos dirigimos a Las Mestas, a la tienda del "Tío Picho", donde tras una charla amena y degustación del pichín real (crema de licor a base de polen y miel), distintas clases de miel y arrope cargamos las alforjas con productos varios.
Ya sí, emprendemos el regreso a casa, tras una jornada que se presentaba complicada pero que termina dejando muy buen sabor de boca.

MGJ.

4 de febrero de 2013

Sol, agua... y averías

Subiendo un sendero imposible.
Primer domingo de Febrero; amanece despejado pero con frío a primera hora. La jornada promete en todos los aspectos: en lo climatológico la semana ha sido tranquila, con cielos despejados y temperaturas suaves, y aunque el fin de semana han bajado algo la previsión para el domingo es buena, ideal para disfrutar del los parajes por los que debemos transitar; en cuanto a la ruta, durante la semana Oscar ha dedicado alguna jornada para investigar algún tramo nuevo que le han comentado y nos lo va a enseñar, así que salimos con un objetivo claro, un rumbo fijado.
No es muy temprano cuando comenzamos a andar, pero aún así cuando sopla el viento noreste se nota fresco a pesar del sol. Nos dirigimos a Navacarros por Palomares y el tramo conocido como "matamulas", una subida corta pero con un desnivel muy pronunciado después de un tramo trialero de subida, muy técnico y que en invierno es un regato, lo que dificulta el avance.
Desde Navacarros a Vallejera para coronar el puerto y bajar a la Fuente del Cántaro, para lo que elegimos otro tramo divertido, con una zona técnica donde debemos sortear unas lanchas de piedra para afinar la técnica; este tramo es parte de un arroyo, así que ahora en invierno corre el agua y nuevamente encontramos algo más de dificultad que cuando está seco, pero también lo hace más divertido.
Ya estamos en la Fuente del Cántaro y tras un corto tramo por bosque de roble de ligero sube y baja comenzamos el descenso vertiginoso hacia Fresnedoso, pero nos desviamos a la izquierda al llegar abajo, dirigiéndonos hacia Sanchotello en lugar de a la mencionada población. A poco menos de 1 km. abandonamos la pista que llevamos para coger el nuevo tramo, un sendero en ascenso muy bonito, con algún repecho algo más duro pero perfectamente ciclable que nos va a llevar a una explanada donde hay una pequeña cueva. Hacemos un alto mientras terminan de llegar todos los integrantes del grupo, pero vemos que pasan los minutos y Fernando y Paco no aparecen. Retroceden algunos en su busca y el resto esperamos hasta que decidimos ir también a su encuento: tardan demasiado, así que seguro que ha habido avería; efectivamente, cuando estamos descendiendo aparecen, justo en el momento en que hay otro percance, pues a Anselmo se le rompe la patilla del cambio y no hay repuesto, pero gracias al ingenio de Iván y las herramientas de todos se le puede hacer un apaño para que pueda volver a casa, incluso con el cambio operativo. Pero el tiempo se ha echado encima, así que Sandra, Antonio y Anselmo vuelven por donde hemos venido porque comienzan a tener prisa por las diferentes obligaciones (en el caso de Anselmo por la avería) y el resto seguimos la ruta, pero ya sin detenernos.
El sendero nuevo resulta muy bonito y lo enlazamos con un tramo imposible de ascender montados (es una senda "de bajada") y lo hacemos a pie, con dolor de gemelos y hombros al llegar arriba. Comienza el descenso, muy divertido y con un tramo inicial por pradera totalmente encharcada (lo cual me sorprende, pues la semana pasa hemos estado ahí mismo y no se encontraba en esas condiciones); llegamos abajo y nuevamente debemos esperar pues Oscar se retrasa... cuando aparece resulta que ha tenido un problema mecánico, se ha quedado sin freno delantero por haber entrado aire; deberá purgarlo esta semana.
Ya estamos en Béjar, tarde, pero no tanto como para perdonar la cerveza de rigor. Ha sido una buena jornada, y lo mejor, el nuevo tramo va a permitir diseñar alguna ruta muy divertida, endurera.

MGJ.

22 de octubre de 2012

Los árbitros, a exámen

Lo de este domingo ha sido una iniciativa diferente promovida por gente apasionada de este deporte y que merece la pena apoyar e impulsar: la Delegación de Ciclismo de Salamanca, el Delegado de Trial de Castilla y León y nuestro club, Outzone. Algo que hemos denominado "Entrenamiento competitivo" en Puente del Congosto (Salamanca). 
Un entrenamiento no parece ser algo diferente de lo habitual, pues toda persona que practica un deporte debe entrenar si quiere mejorar, sobre todo si compite. Un entrenamiento que simula ser una competición tampoco es que sea algo extraordinario; no es lo que se suele hacer a diario, pero no es extraño. Entonces, qué ha hecho diferente a esta jornada de domingo? Todo el mundo practica y aprende, cada uno en su campo de acción: Los pilotos entrenan con la "presión" de una competición, ciñéndose a un recorrido debidamente marcado a realizar en el tiempo estipulado por el Reglamento y con las reglas de la competición; "no existe" esa posible relajación de ver la zona y decir que se deja para el próximo día. El arbitraje también se entrena, porque no nos engañemos, para ser un buen árbitro no vale con conocer o saber de memoria el reglamento; hay que practicarlo. Mientras el piloto está haciendo la zona el árbitro le arbitra, pero si surge alguna duda se pregunta y se aclara, y al final del recorrido el propio corredor hace ver a la otra parte los posibles errores que haya tenido, las "trampas" que se han podido cometer... porque quien mejor que el propio ilusionista para explicar sus trucos...

Así, cada uno mejora en su campo y todos juntos, casi sin querer, poco a poco hacen más importante una modalidad de deporte minoritaria, como es el trial, desconocida y ampliamente ignorada desde casi todos los estamentos.

MGJ.

9 de abril de 2012

Ruta por Gredos.

Coronando la cima.
Último día de una Semana Santa de esas que refuerzan la fe del personal, pues después de uno de los inviernos más secos que se recuerdan por fin ha llegado la lluvia... y el granizo, y la nieve, por lo que en muchos casos "no ha sido necesario sacar los pasos y celebrar las procesiones" para rezar por las tan deseadas y necesarias aguas.
Pero vamos a lo nuestro, que en este caso es montar en bici (y mucho más); el tiempo nos ha acompañado, amaneciendo un día totalmente despejado ideal para los planes que teníamos hechos: irnos de excursión a ver las cabritas. Y hemos visto cabras, cabritas y cabrones, algún zorro corriendo por la pradera, las cumbres nevadas, hemos oído el canto de las perdices... sólo nos han faltado Heidi, el abuelo, Pedro y Niebla.
Y donde hemos visto tantas cosas? pues relativamente cerca, en Gredos. Hemos quedado a las 8:30 de la mañana para emprender el camino de ida, con parada en la panadería de Palacios de Becedas para comprar unos panes, hornazos con y sin chicha, magdalenas... y sin más dilación nos hemos dirigido al punto de inicio de la ruta en el puente de Zapardiel de la Ribera, donde tras descargar las bicis y con un poco de fresco mañanero todavía nos hemos puesto rápidamente en marcha.
Desde la primera pedalada comenzamos subiendo, así que hemos entrado rápidamente en calor, pues el desnivel también es bastante acusado. Lo que inicialmente era pista ancha y de buen firme, aunque como digo, con fuerte pendiente, repentinamente se ha convertido en sendero por un pedregal y sin dejar la fuerte pendiente; así que unos tramos empujando la bici (los menos posibles) y otros mejorando y afinando nuestras habilidades rodadoras en terreno poco menos que impracticable hemos coronado junto a un pequeño refugio de montaña y con la vista al frente del pico La Galana y el paso a Cinco Lagunas (que nos queda para otro día).
Unas vistas al paisaje, inspección del refugio, fotos y emprendemos el descenso hacia otro refugio que tenemos a la vista abajo, un chozo rehabilitado desde el que comienza el ascenso de la ruta que lleva a Cinco Lagunas.
Este descenso tenemos que hacerlo en su mayor parte andando, aunque no hay problema, vamos buscando el mejor camino posible, viendo las cabras, cabritas y cabrones a nuestro lado y finalmente tras cruzar/vadear el río llegamos al chozo donde damos buena cuenta de los bocadillos, que por la hora que es y el esfuerzo realizado los estómagos comenzaban a hacerse oír.
Sin demorarnos más que lo necesario para comer el bocata tranquilamente, con cerveza incluída, comenzamos el camino de regreso, en esta ocasión por un sendero inicialmente muy técnico, pedregoso, que nos obliga a ir muchos tramos andando y los que podemos hacer montados nos sirven nuevamente para perfeccionar la técnica, comentar después por donde lo hemos pasado cada uno, observar a los demás para ver las diferentes técnicas y trazadas... y como bien dice el refrán (más sabe el diablo por viejo que por diablo), el que las pasa con más naturalidad y aparente facilidad es el "macho dominante" de nuestra manada.
El último tramo antes de llegar a Navalperal de Tormes es más divertido, aún técnico pero más rápido para poner la guinda del pastel a una jornada para recordar.
Mención especial a Leire, ejemplo de superación que como bien comentaba durante la ruta, hace un año habría sido incapaz de realizar la ruta, pero con empeño y ganas va cogiendo a marchas forzadas ritmo, técnica y soltura cuando otros muchos habrían abandonado en el camino o ni siquiera lo hubieran comenzado.

MGJ.

6 de febrero de 2012

Frío Polar


Cruzando un arroyo helado
Después de haber superado sin mayores contratiempos la supuesta primera ola de frío polar del invierno y a la espera de la siguiente en la semana entrante ayer nos levantamos dispuestos a echar un vistazo a los efectos de la misma. Así, en una jornada con el cielo encapotado que permitió que por la noche no se desplomasen las temperaturas y nos encontrásemos en torno a los 0ºC a la hora de inicio de la ruta, y lo que es más de agradecer, sin el viento que en los días precedentes hacía que la sensación térmica fuese bastante inferior a la temperatura real además de dificultar en muchos momentos incluso el poder andar normalmente por la calle (mucho menos poder practicar éste nuestro deporte), nos tomamos unos momentos para deliberar y decidir el rumbo a seguir.
Al final la decisión fue comenzar a subir para entrar en calor a la vez que íbamos viendo cómo se habían congelado las aguas de los arroyos, incluso el mismo río Cuerpo de Hombre se encontraba "candado" al paso por la ciudad, al menos en el tramo por el que subimos a Los Pinos.
Nos acompañaban Manolo y José Enrique, 2 compañeros de fatigas en las aventuras por las Hurdes entre otras muchas, 2 componentes del club ciclista El Trampal a los que a diferencia de nosotros les gusta disfrutar de la bicicleta tanto en la modalidad de montaña como en la de carretera. Inicialmente tenían un poco de reparo por si les llevábamos por alguna de las rutas propias de "psicópatas" como suele llamarnos Manolo, pero finalmente la jornada resultó ser bastante llevadera.
Comenzamos con una subida bonita por Monte Mario para terminar coronando el circuito de Motocross y alcanzar el "alto de los pollos", donde en un pequeño tramo de descenso vimos los efectos del frío en el arroyo, totalmente helado como se puede apreciar en las fotos. Después a Navacarros y por el GR10 hacia La Hoya.
Sobre este último tramo los "trampales" tenían sus dudas, pues unas fechas antes lo habían hecho y estaba helado el camino, así que tras la ola de frío... pero puedieron ver con sus ojos y comprobar in situ que con cuidado el hielo no es impedimento para montar en bici.
Desde la Hoya a Vallejera por un camino que nos gusta particularmente, y aunque inicialmente había alguuna duda de si habría hielo o no, la lógica decía que si no ha llovido durante el invierno y el camino no está encharcado no puede haber hielo, como así comprobamos en breve. Finalmente desde Vallejera por la vía de servicio a Valdesangil y por la ruta de las pedanías a Fuentebuena para bajar a Béjar por un camino que no solemos hacer debido a que está siempre inundado, pero que como estaba helado pudimos transitar mejor que en otras ocasiones, eso sí, haciendo algún tramo andando.
El final de la jornada, como ya es habitual, entrando en calor con una cerveza y un surtido de carnes en el "Quijote" mientras disfrutamos de un rato de charla.

MGJ.

14 de noviembre de 2011

Vuelta a las Hurdes

Afrontando las primeras rampas.
Nuevamente, guiados por Manolo, nos desplazamos a las Hurdes para conocer una nueva ruta: la Sierra de la Corredera.
El inicio de la misma está en las inmediaciones de Castillo y Avellanar, junto al río Los Angeles sobre un puente que cruza el mismo.
Desde el primer momento comenzamos subiendo, siempre por pista ancha y de buen firme, con un desnivel no muy pronunciado pero constante y en todo momento rodeados de montes llenos de pinos y madroños principalmente, aunque también se ven castaños y algún cerezo; respecto al monte bajo la jara es la protagonista.
A pesar de que la pendiente por lo general no es muy elevada y el paisaje es en todo momento espectacular los casi 30 km de ascenso contínuo por el mismo terreno la convierten en una marcha dura tanto física como psicológicamente. Finalmente un último tramo de asfalto que termina en lo alto de la sierra, en la nada (una muestra del sin sentido en la forma de actuar y derrochar los fondos por parte de las administraciones), nos deja a los pies de un cortafuegos por el que descendemos para dirigirnos a Erías. El descenso por este camino es algo complicado por el desnivel y porque el firme está lleno de piedra suelta, lo que nos hace ir con relativa cautela. Terminamos desembocando en una pista que descendemos durante algún kilómetro para coger un desvío que ya sí nos va a conducir directos por senderos empedrados y estrechos hasta el pueblo, Erías, donde nos espera el coche de apoyo con la comida.
No es una comida, es un banquete a base de tortillas, empanada, embutido... rematado con un café caliente y dos tipos de bizcocho: de yogur y de chocolate con nueces.
Tras rellenar los depósitos de energía después del esfuerzo realizado previamente emprendemos el tramo final de la ruta, ahora siempre siguiendo el curso del río por sendas nuevamente estrechas, en algunos tramos empedradas y en otros con un firme un poco mejor, dejando a un lado Castillo para finalmente llegar al punto de inicio.
Ha sido una jornada dura, con viento que en algunos momentos ha resultado incómodo pero con buena temperatura y sin la temida lluvia que en los días previos no hizo dudar si desplazarnos o no.

Más fotos aquí.

MGJ.

17 de enero de 2011

El que siembra, cosecha.

Jornada tranquila y entretenida, muy interesante.
El día amaneció con niebla, nubes bajas inicialmente que se depositaron en la ciudad pero dejaron despejadas las cimas de las montañas ofreciendo un bonito espectáculo visual desde la altura. No teníamos mucha idea de por donde tirar y fue Iván quien aportó la que al final sería la idea del día: nos dirigimos a Cantagallo, pero evitando la carretera, así que por la vía de servicio de la autovía Ruta de la Plata para a la altura de Cantagallo girar a la derecha y bajar hacia el río Cuerpo de Hombre, pero no directos por la pista, sino dando un pequeño rodeo por un sendero empedrado en medio del bosque que hace más interesante la ruta. Una vez abajo, a la altura del río, tocaba cruzarlo, acto que deparó alguna de las anécdotas de la jornada, como el lavado integral de alguna bici.
Ya en el camino correspondiente a la Vía de la Plata nos dirigimos hacia el pueblo de La Calzada y de aquí subimos hasta el mal conocido Puente de la Media Legua para coger el antiguo camino que une La Calzada con Béjar, en el cuál se encuentra el auténtico Puente de la Media Legua y en el que el pasado mes de Diciembre se realizó una actuación de limpieza por medio de IMBA Carpetovetónico. El camino no está en las mejores condiciones, pero sí lo pudimos ciclar en su totalidad, lo que nos llenó de alegría, pues nos hizo ver que las actividades de IMBA tienen su recompensa.


Puedes ver el vídeo íntegro de la jornada aquí.

MGJ.