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9 de enero de 2012

Comenzando a bajar los turrones

Ayer domingo, último día de vacaciones de Navidad para muchos, fin de fiestas para todos, nos desplazamos nuevamente a territorio jurdano para hacer una nueva ruta y de paso comenzar las respectivas "operación bajada de turrones" por parte de cada uno.
Comenzamos la ruta en Riomalo de Arriba después de habernos juntado unos en Béjar y el resto allí mismo, y tras un viaje en el que el termómetro del coche ha llegado a marcar -7ºC; así que al ver que en Riomalo la temperatura se queda en -1ºC no nos parece demasiado mal, eso sí, nos cambiamos rápido y no ponemos pronto en marcha para entrar cuanto antes en calor.
Hay que comentar que cada vez nos movilizamos más gente en estas salidas, juntándonos ayer un total de 18 personas: 10 ciclistas y 8 senderistas. En lo que respecta a los ciclistas comenzamos subiendo por pista de buen firme pero en constante pendiente hasta el Pico de Las Carrascas, donde la temperatura ya era más agradable y desde el mirador disfrutamos de unas vistas espectaculares.
Abajo divisamos Casares de las Hurdes, nuestro próximo destino y al que llegamos después de un descenso por un sendero entre pinos más que divertido, justo lo que íbamos buscando, y de ahí a Heras por carretera (un tramo corto) para coger una pista que nos llevaría a Nuñomoral por senderos igualmente divertidos aunque no con tanto desnivel de bajada como la primera parte del descenso.
En Nuñomoral comienza lo "peor", el calvario para muchos, un ascenso de nuevo al Pico de Las Carrascas por pista igualmente de buen firme pero sin un sólo descanso, lo que hace que lleguemos arriba un poco tarde y con los senderistas esperando para comer (los que quedan, pues parte del grupo ya se ha ido).
Junto al mirador de Las Carrascas y sentados al sol nos dimos un banquete con quesos, embutidos, tortillas, quiche, empanada... incluso dulce como quesada, bizcocho, turrones, polvorones y el café de rigor; todo ello mientras se aplaza hasta el lunes la "operación turrón".
Ya sólo queda el descenso a Riomalo, esta vez por un sendero de Zetas imposibles, al menos para mis capacidades, y una vez abajo una visita rápida al pueblo, con explicación en el centro de interpretación de todo lo que pueden ofrecer las Hurdes y un poco de charla con 2 de los 7 habitantes del pueblo, a los que compramos unos kilos de patatas de paso.
De camino a casa una parada en las Mestas a tomar un café (sin ciripolen) y lo peor del día, llegar a Béjar y ver cómo se estaban quemando los Picos de Valdesangil.

Las fotos de la jornada pinchando aquí.

MGJ.

2 comentarios:

  1. La segunda mitad de la subida para mi no resultó un calvario, dejó de serlo justo en cuanto me monté en el 4x4 de Manolo, jajajaja

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  2. la subida fue un calvario, pero en un conjunto la ruta fue chulisima. Asi que lo malo ya no se recuerda.

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