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30 de enero de 2012

Los estragos del fuego en Picos de Valdesangil

Dura subida a Picos de Valdesangil
Hace unas semanas, a la vuelta de una ruta por las Huerdes vimos con angustia cómo ardían los Picos de Valdesngil, incendio que se prolongó a lo largo del día siguiente.
Ayer, una vez reunidos en el punto de encuentro habitual, nos pusimos a deliberar sobre la ruta a seguir, pues no queríamos que se repitiese lo que viene siendo costumbre: salir sin rumbo fijo, lo que implica no hacer nada al final. Como digo, unos minutos dedicados a pensar y exponer ideas, dar razones para descartar algún itinerario e inclinarse por otro y finalmente decidir dirigirnos a los Picos de Valdesangil para bajar a Sanchotello por una de las vías más bonitas y menos transitadas que conocemos, por medio del robledal.
La ruta comienza con dureza sin tiempo casi a calentar los músculos, pues nos dirigimos a Valdesangil subiendo por el camino de La Glorieta, rampa dura por la fuerte pendiente que tiene y la longitud de la misma, pero con un poco de paciencia (o como dice el refrán: despacito y con buena letra)...
Ya en Valdesangil comenzamos el ascenso a la sierra para coronar después de unas últimas rampas muy duras por un terreno de hierba que hace que las ruedas se peguen al suelo como lapas. Nos encontramos a unos cazadores en sus respectivos puestos, quietos, a la espera de que hagan acto de presencia sus presas, pasando frío... y uno de ellos debe pensar que andamos perdidos y nos da las pertinentes indicaciones para bajar a Sanchotello; se lo agradecemos, aunque seguimos nuestra ruta, que tenemos muy clara, pues ahora viene lo mejor de la misma: un descenso por un bosque cerrado de robles, tan cerrado que hay pasos entre árboles en los que el ancho de los manillares casi impide el avance.
Observamos con cierta alegría que el incendio de jornadas anteriores sólo afectó al monte bajo o sotobosque, sin llegar a quemar los árboles, por lo que el mal fue bastante menor de lo que pudo ser.
Ya en Sanchotello nos dirigimos por la vía del tren a Fresnedoso para subir al alto del puerto de Vallejera, pero en lugar de hacerlo por el camino habitual, por el depósito de agua, lo hacemos por un sendero que cogemos en el mismo pueblo y nos sube hasta media altura del puerto después de afrontar unas rampas duras por el desnivel y por lo estrecho del sendero.
Después de haber superado las mayores dificultades de la ruta sólo nos queda bajar a Vallejera y de aquí a Navacarros y por el GR10 a Béjar, donde terminamos la jornada con una cerveza sentados en la terraza de Casa Sindo.
Por la tarde lo más duro del día, ver cómo las llamas casi terminan con las ilusiones y el esfuerzo de días de trabajo. Pero demostrando una vez más de lo que son capaces los fundadores de Outzone, reponiéndose a las adversidades, inmunes al desaliento y con buen humor de nuevo manos a la obra y a rehacer el camino desandado.
Gracias, chicos, por la lección. SOIS LOS MÁS GRANDES!!!

(Las fotos pinchando aquí).

MGJ.

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