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11 de septiembre de 2013

Arrieros somos...

Perfil de la ruta.
Aprovechando el último día libre por las fiestas de la ciudad me he ido de ruta con calma, solo, y probablemente por ello ha resultado una ruta para recordar.

De salida sólo había una premisa: bajar por el Camino de los Arrieros hasta Baños de Montemayor. Puede parecer raro, pero a la hora de "pensar y diseñar" muchas de mis salidas lo hago en función de un único tramo de la misma por el motivo que sea: porque me gusta especialmente, porque hace mucho que no lo hago, porque la última vez se me atragantó... da igual.

Para coger el mencionado camino debo ir a La Garganta, pequeño pueblo al otro lado de la sierra, y para ello tengo varias opciones; completado el tramo deseado termino en Baños de Montemayor y comienzo el camino de regreso a casa, y aquí las opciones son menores a pesar de haberme devanado los sesos, dejado los ojos en los mapas buscando caminos, repasado tracks... no encuentro variantes factibles o realistas hasta llegar a la altura de Peñacaballera/Puerto de Béjar (aunque ahora me viene a la mente una idea para madurar, un poco "heavy" pero tal vez con posibilidades).

Me pongo en marcha, ya con una idea clara en la cabeza: coger altura para hacer un descenso largo por diferentes pistas y caminos tradicionales; esto significa que en los primeros 9 km., desde el mismo momento en que comienzo a pedalear, voy a subir de 950 a 1600 m. de altitud. Lo hago con calma, con una cadencia alegre y al llegar arriba veo que me ha llevado 50 minutos, no está mal.

¿Qué viene ahora? Descenso, otros 9 km. en los que voy a bajar de los 1600 a 730 m.: comienzo con un tramo de sendero estrecho en medio de un pinar bastante frondoso para enlazar con una pista más rápida en la que voy cogiendo algunos pequeños atajos para hacerlo más divertido. Llego al final de la pista cruzando una gran puerta metálica y enlazo con el Camino de los Paporros que me va a llevar directo a La Garganta tras un descenso por un empedrado "con miga" y una vez en el pueblo un pequeño tramo de asfalto inevitable para coger el Camino de los Arrieros que primero es empedrado y luego se vuelve menos técnico, con menos piedra. Es un camino estrecho, encajonado entre las paredes de los prados y que disfruto como un enano, soltando freno y dejando correr la bici en la medida de lo posible, sin llegar a alcanzar gran velocidad pero sí llevando un rodar fluído, "flow" como se ha puesto de moda decir.

Cruzo la vía del tren y llego a Baños de Montemayor, y ahora la única alternativa es subir por la Vía de la Plata, adoquinado bastante grande, hasta el cruce de Peñacaballera y Puerto de Béjar donde deberé tomar una decisión. Al llegar al cruce me encuentro con fuerzas, así que me decido por la alternativa más larga, seguir por la misma Vía de la Plata y bajar al Puente de la Malena para subir a Béjar por el GR-10 desde la finca "El Molino".

La ascensión por el GR-10, por el paraje conocido como el "Tranco del Diablo" la he hecho con fuerzas, así que al llegar a la depuradora decido que voy a meter a la ruta una última subida corta pero dura para entrar en Béjar por la Puerta del Pico de la muralla.

Ha sido una ruta en la que ha habido de todo: subidas duras, descensos rápidos unos y técnicos otros, tramos a pleno sol y otros en los que parecía que se hacía de noche por lo tupida de la vegetación; 35 km. para hacer afición, mountain bike en estado puro.

MGJ.

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