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1 de mayo de 2013

Hasta el cuarenta de mayo, no te quites el Sayo.

Finales de abril, la primavera ya ha comenzado, hemos tenido unos días de buen tiempo (que ya iba siendo hora después de lo que ha caído) pero la meteo anuncian frío, lluvia, nieve y viento. Con estas previsiones nos empezamos a organizar, Laran sigue de baja, el Tito Chema y su amigo Fermín se arrepienten a última hora así que Adri y yo le echamos valor y nos decidimos a ir a la Sierra, concretamente a Cercedilla ya que teníamos que buscar el abrigo de los árboles y esta zona es ideal.

Aparcamos el coche en el Valle de la Barranca, son las 9:15 h y el termómetro marca -2,5º, le echamos valor y empezamos la ruta completamente helados de frío, menos mal que empezamos subiendo por el sendero Ortiz que con sus escalones, raíces y el acusado desnivel nos hace entrar en calor. Teníamos una idea de ruta que fuimos adaptando a las condiciones ya que estas no nos permitían subir a grandes altitudes. Una vez completado el Sendero Ortiz, continuamos bajando por el Bambi para llegar al Ventorrillo donde cogemos la llamada senda del “miedo”. La bajada es técnica, dura, con “zetas”, escalones raíces y sobre todo piedras. Punto donde Adri casi sale mal parado en un paso delicado.

Llegamos al camino del Calvario después de un sendero a media ladera en el que no dejas de pedalear. Seguidamente cogemos otro sendero a también a media ladera que nos lleva a la Colonia de Camorritos donde, después de un tramo corto de pista, cogemos otro sendero que nos llevará a las cercanías de la Vereda Media por la cual subimos, durísima con tramos muy técnicos de raíces piedras y un gran desnivel en pocos kilómetros. Esta subida nos deja en la pista de la carretera de la República, unos metros antes del Reloj de Cela, donde después de rodar unos breves 500 mts nos desviamos por la senda Herreros, la cual nos llevará de vuelta a Camorritos vía La Vejiga donde la bajada es impresionante y muy técnica, la cual nos pone al límite y nos hace ponen en varias ocasiones “pie a tierra”.

La vuelta al Valle de la Barranca la hacemos “desandando” el camino que hicimos hasta Camorritos, eso sí, lo que bajando nos parecía que no tenía demasiada pendiente, se había convertido en una subida “a pata” debido al desnivel.

Para hacerse una idea del frío que hemos pasado, hasta casi el final de la ruta no pudimos apenas beber agua del Camelback ya que el tubo y la boquilla estaban congelados y no había manera de descongelarlo. También tuvimos ligeros problemas mecánicos al congelarse el mando de la tija telescópica de Antonio y el cambio delantero de Adri. Caprichos de la primavera que nos recuerda un dicho muy utilizado para esta época “Hasta el cuarenta de Mayo, no te quites el Sayo”

Adri y Antonio.

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