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17 de noviembre de 2009

Nevero de Lozoya (Por la Sierra de Madrid).



Aprovechando que pasaba el fin de semana en Madrid llamé unos días antes al primo biker y que organizase na salida por la Sierra. Y dicho y hecho; domingo por la mañana, madrugón, 1 hora de viaje (en Béjar tenemos más suerte: salimos de casa y ya estamos en la montaña) y a las 8:30 empezamos a pedalear por el pueblo de Lozoya rumbo al “Nevero”, pico en torno a los 2200 m de altitud.
Desde el primer momento empezamos a ascender; inicialmente por las calles asfaltadas para enseguida coger pista de buen firme, siempre entre pinos y con buena temperatura para la época del año en que nos encontramos: 6 – 7ºC, que gracias a la ausencia de aire y al esfuerzo del pedaleo da la sensación de ser algo superior.
Según vamos avanzando y cogiendo altura podemos ver el manto de nubes retenidas por los picos que se encuentran al sur de nuestra posición, y es que el viento viene del Sur – Suroeste.
Tras 2 horas desde nuestra salida a un ritmo de pedaleo es bastante suave llegamos al Puerto de Navafría (a nuestra derecha queda la Comunidad de Madrid y a la izquierda la Provincia de Segovia), cruzamos la carretera y seguimos ascendiendo por la misma pista hasta pasado un mirador en el que hacemos una rápida parada para reponer fuerzas, y es que el viento empieza a soplar y hace que baje enormemente la sensación térmica. Unos metros más adelante abandonamos esta pista para comenzar a afrontar la parte final de la ascensión, donde poco a poco comenzaremos a encontrar rampas de mayor desnivel e iremos abandonando la protección de los árboles frente al viento, de forma que en algunos momentos se hace algo más difícil el avance, con fuerte viento y firme con piedra, en algunos momentos algo suelta, que hace que debamos poner a prueba nuestra pericia sobre la bicicleta.
Llegamos al pico no sin esfuerzo y tras superar las rampas más duras, fuera de camino y luchando contra el viento, hacemos unas fotos rápidas junto a las primeras nieves de la temporada e iniciamos el descenso antes de quedarnos fríos. La pista que llevamos ahora (ya en el pinar) tiene algo más de pendiente que la que nos subió, y es que baja más directa; el firme está relativamente bien, sin mucha piedra, lo que permite coger algo de velocidad a pesar de no conocer el terreno.
Desembocamos en la pista que llevamos a la ida, a pocos metros del mencionado mirador, y al llegar a la carretera nos dirigimos por ella hasta Lozoya. Estaba la opción de una trialera en lugar de asfalto, pero la falta de tiempo por parte de algún integrante del grupo hace que tengamos que dejar esta opción para otra ocasión.

MGJ.

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