Así, hace unos días parte de los componentes de nuestro club nos hicieron saber que tenían la intención de venir a rodar por los caminos y senderos que surcan la sierra aprovechando las fechas estivales en que nos encontramos con días más largos y temperaturas más agradables que en el frío invierno. Y puesto que hacen el esfuerzo de darse el madrugón para venir (aunque sea con gusto) y regresar al última hora del día intentando alargar la jornada lo más posible nosotros queremos no defraudarlos en la medida de nuestras posibilidades y pensamos con bastante más detenimiento del habitual la ruta a hacer.
Queremos llevarlos por sendas que no hayan recorrido en visitas previas (aunque eso se torna un poco complicado después de unas cuantas rutas) enlazando tramos divertidos y con cierta dificultad técnica a la par donde primen las bajadas aunque sin hacer ascos a algún que otro ascenso "con miga" para terminar la jornada con una sonrisa en la cara. Nombres propios como Canalizo, Cruz del Herrerito, Jarilla, Lampiño, o Mangá forman parte del itinerario, nombres con muchas y diferentes connotaciones para los conocedores de los senderos.
Las paradas son tal vez más frecuentes de lo habitual, pero es que hay que empaparse bien del entorno y disfrutar de las vistas cuando no son los parajes habituales en que se mueve uno. Las subidas más o menos cortas y exigentes preceden a las bajadas de distinta dificultad, con mayor o menor pendiente y con diferente firme en cada ocasión pero siempre asequibles y disfrutonas.
Procuramos terminar bajando, que suele dejar mejor sabor de boca y en esta ocasión también despejando algún sendero obstruido por la presencia de un tronco caído en el mismo.
Y el final de ruta, o el tercer tiempo como dicen en los partidos de rugby, no puede faltar: unas cervezas comentando los diferentes lances de la mañana e intercambio de fotos, comida, café y sobremesa.
MGJ.